Bajo los dos rostros de una Evita iluminada, retratada por el vitralista Héctor Chiaretta, el ex vicegobernador de la provincia de Buenos Aires y referente de Soberanxs, Gabriel Mariotto, dialogó con El Argentino y analizó el escenario político, las próximas elecciones y el programa necesario “para salir de la matriz colonial”.
Entrevista de @LauraBitto para El Argentino
Bajo los dos rostros de una Evita iluminada, retratada por el vitralista Héctor Chiaretta, el ex vicegobernador de la provincia de Buenos Aires y referente de Soberanxs, Gabriel Mariotto, dialogó con El Argentino y analizó el escenario político, las próximas elecciones y el programa necesario “para salir de la matriz colonial”.
-¿Cómo caracterizas la etapa actual en nuestro país?
-Es un momento muy feo en términos de acción política. El Gobierno, que ojalá quede como de transición, no representó al frente nacional y popular porque los gobiernos peronistas, en su concepción más ampliada, frentista y movimientista, desafían al poder. Deuda externa, servicios públicos, comercio exterior, energía, petróleo, litio, medio ambiente, son temas que hay que diseñar a diez años y llevar adelante la transformación, y este Gobierno no hizo nada en relación a estos temas. Tampoco en torno a la democratización del poder judicial, ni de los medios de comunicación. Los temas estructurales no fueron abordados por un gobierno peronista y ese es un grave error. Aparece una angustia que tiene que ser superada con objetivos de construcción política y de triunfo en 2023. Ganar las elecciones para cumplir con el sueño de una patria justa, libre y soberana, no simplemente para que no gane Macri. El “para qué” tiene que ponerse en valor en una plataforma para triunfar y llevar adelante las transformaciones.
-¿Cuáles son los temas centrales?
-Soberanxs diseñó el plan de la Patria, el primer punto es deuda externa porque eso atraviesa todo. La deuda es una estafa financiera, por eso hay que auditarla ¿Cuál es el rol del Estado argentino en materia de comercio exterior? ¿Cuál es el rol de una nación que alimenta millones de seres humanos en el mundo y hasta a los chanchos con la soja? ¿Puede ser que a los puertos los manejen siete empresas cerealeras? En materia energética tenemos la herencia de los ‘90. Si el agua que pasa por Yacyretá, por Salto Grande, por el Chocón vale cero pesos, ¿por qué nosotros tenemos que pagar la energía en dólares? Si la red interconectada nacional la hizo el Estado argentino por qué le tenemos que pagar a las transportadoras. Si la distribución de los cables que llegan a nuestros hogares y fábricas los hizo el Estado argentino por qué tenemos que pagarla en dólares y con subsidios que asisten a la especulación financiera del costo de la energía. La trazabilidad de los alimentos, la salud, el ingreso al mundo digital, el medioambiente, proyectar la industria para producir en armonía con la naturaleza, combatir el problema de los agrotóxicos, por qué Monsanto no está en Europa y sí en Argentina envenenandonos. Se necesita también un cambio constitucional y una reforma del Poder Judicial. Se necesitan medidas económicas, no financieras.
-¿Quiénes representan el poder real?
-Lo que se denomina el Círculo Rojo son esos factores de poder que cuando no hay formación, cuando no hay vocación, cuando hay una perspectiva colonial en la acción de gobierno, cumplen con sus objetivos y nos llevan puestos. Argentina tiene una matriz colonial que todavía no logró resolver. Entonces, ese Círculo Rojo comprende un entramado de capital financiero, de medios de comunicación y el poder judicial y tiene la posibilidad de condicionar a la política, a los dirigentes políticos comprándolos, cooptándolos, amenazándolos y nos dejan sólo el espacio de la gobernabilidad. De esa frustración se sale con un programa, con el pueblo votando y legitimando ese programa para llevar adelante la transformación y no aceptar el status quo como si fuera algo natural.
-¿Cuál es la mejor táctica electoral que el Frente de Todos podría tomar este año?
-Las reglas de juego claras y el programa. Cómo un frente tan amplio puede coincidir en un espacio sin desintegrarse cuando terminen esas elecciones internas. El sistema don’t hace que nadie se sienta expulsado. Las reglas de juego son centrales para que todos puedan participar, sino después perdemos por un punto y medio. Hay que tener en cuenta la amplitud de la Argentina profunda y recuperar el federalismo que la constitución de 1994 destruyó.
-¿Crees que la embajada de EEUU le está poniendo el nombre al próximo presidente de Argentina?
-Lamentablemente cada 4 de julio se chocan en la puerta de la embajada de Estados Unidos dirigentes de todo signo político. Sin duda es un factor de poder que atraviesa a todos los partidos. Nosotros tenemos que retobarnos ante eso. Hay declaraciones alarmantes como las de la jefa del comando sur Laura Richardson que habla de los recursos naturales de nuestra Patria Grande como si fueran propios. La situación colonial es muy grave porque ya no hay ni eufemismos, hablan de “nuestra” Amazonas, de “nuestro” litio. Hay delegaciones de gobernadores, dos posibles candidatos de nuestro espacio político, que van a EEUU a hablar del litio. Es un momento de mucha tristeza que se tiene que volcar en acción política. Si se sale de la matriz colonial se puede crecer. Nuestro pueblo es genial en materia de construcción, acepta los desafíos de la época, va al frente, es antimperialista. Es un pueblo de combate, de lucha. Nuestra dirigencia es muy mala, se acomoda, se apoltrona, tiene miedo al carpetazo. Me gusta aquella Cristina que marcó una agenda con desafíos, tenemos que ayudarla a salir de los condicionamientos que tiene, asumiendo los riesgos nosotros.
-¿Cómo se puede en este escenario reconstruir la esperanza?
-La transformación es posible. Salir de la matriz colonial es una decisión política, si somos soberanos nos van a respetar mucho más que si somos lamebotas o nos entregamos. Los que hacen negocios con nuestros recursos nos desprecian por torpes, por falta de sentido de patriotismo. Si ponemos reglas de defensa de nuestra soberanía, de nuestro pueblo, de nuestra nación vamos a ser mucho más respetados. Hay que cambiar la ecuación en un país que tiene todo por hacer. No hay que entregarse y hay que luchar. El pueblo encuentra la salida, tiene que venir otro 17 de octubre que revalide el rumbo de la Argentina para todos y todas.